La mezcla de razas y religiones otorga a Malasia una variedad de culturas que la convierte en uno de los países más atractivos para los viajeros. Malayos, chinos, indios conviven y aportan contrastes a la tradición de Malasia.

Esos contrastes son fácilmente apreciables en su arquitectura. En sus ciudades podemos ver los más imponentes y grandiosos rascacielos junto a tradicionales casas de madera sobre pilotes; hoteles de 5* construidos a pocos metros de increíbles arrecifes de coral.

Las Torres Petronas con sus 88 plantas, se han convertido en el símbolo de identidad de la vibrante y caótica Kuala Lumpur. 452 metros de hormigón armado, acero y cristal, dos torres unidas por una vertiginosa pasarela.

Variedad y contrastes en paisajes. Desde las más idílicas playas de película, a las más agrestes y exhuberantes selvas. Los amantes de la vida animal no pueden perderse las selvas de Borneo y contemplar a los maravillosos orangutanes, y a las tribus que en ellas habitan.

La gastronomía es, como buena seña de su cultura, una de las más diversas del mundo. Especialmente en la costa oeste peninsular, que incluye la comida monya y curries indios, además de bufés chinos, puestos de comida malayos e incluso una buena oferta occidental.

Malasia es un ejemplo a seguir, en cuanto al aprovechamiento de toda esa diversidad. Ha conseguido fusionar toda esta variedad cultural, religiosa, gastronómica y paisajísitica, y ser uno de los países más estables del sureste asiático.

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Lo que no te debes perder 

• Visitar alguna de las islas vírgenes, como Pulau Perhentian, Susu Dara, Serenggeh y Rawa, en el Parque Marino de Pulau Redang y entregarte a la paz y el descanso.

• Bucear entre tortugas, tiburones y corales multicolores en el archipiélago de Semporna.

• Saborea la comida callejera. Sus puesto esconden miles de sabores! 

• Degustar tés silvestres en una temblorosa casa alargada de Bario.

• Escalar Los pináculos del Parque Nacional del Gunung Mulu.